Cuando el Caballo de Troya Quemó la Ciudad:

Waste Management vs. SAP

Todo empezó como un romance corporativo. Waste Management, el gigante de la gestión de residuos en EE.UU., buscaba un nuevo sistema para modernizarse. SAP, el titán alemán del software empresarial, prometía un ERP que sería el corazón digital de la compañía. En las reuniones, los discursos eran de película: “Eficiencia, integración, competitividad”. Sonrisas, apretones de manos y la certeza de que estaban entrando juntos a una nueva era.


Pero el idilio duró poco. A los pocos meses de la implementación, los problemas empezaron a filtrarse como humo bajo una puerta. Informes que no cuadraban. Procesos que antes tardaban horas y ahora se atascaban por días. Empleados frustrados, clientes molestos. El ERP, que debía ser la solución, se estaba convirtiendo en una máquina de generar caos.


En las salas de juntas, la tensión era palpable. Los ejecutivos de Waste Management acusaban a SAP de haber vendido un software que no cumplía con lo prometido. SAP contraatacaba: el problema no era el sistema, sino que Waste Management intentaba encajarlo sobre procesos que jamás se habían rediseñado. La alianza se rompió y la historia dejó de ser un proyecto de innovación para convertirse en un juicio multimillonario.


La batalla legal fue feroz. Demandas por cientos de millones de dólares, declaraciones cruzadas, filtraciones a la prensa. Waste Management afirmaba que SAP había desplegado un producto “no funcional”. SAP replicaba que la empresa había subestimado el rediseño necesario y que, básicamente, habían intentado digitalizar un laberinto roto. Lo que nació como una promesa terminó como un escándalo corporativo digno de estudio.


En el desenlace, ambas empresas salieron heridas. El acuerdo judicial se mantuvo en secreto, pero las pérdidas económicas, el daño a la reputación y los años desperdiciados fueron evidentes. Ninguno salió victorioso. El caballo de Troya había entrado, pero en vez de traer innovación, desató un incendio que consumió tiempo, dinero y confianza.


Este caso es más que un drama empresarial: es una advertencia. Un ERP no salva a nadie de sí mismo. Si los cimientos del negocio están torcidos, la tecnología no los endereza; solo los solidifica. Rediseñar antes de automatizar no es opcional, es una cuestión de supervivencia.


En el último artículo de esta serie veremos el Método NÉMESIS, un enfoque para rediseñar radicalmente procesos antes de cualquier parametrización. Porque si no quieres que tu ERP se convierta en tu peor enemigo, necesitas más que un plan: necesitas un contraataque estratégico.

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El Caballo de Troya que Tu Empresa Invita a Pasar