El Arte y la Maldición de Innovar:

Entre la Gloria y el Olvido

Innovar es una obsesión empresarial. Se nos dice que sin innovación no hay crecimiento, que el cambio es la única constante y que las empresas que no evolucionan están condenadas a desaparecer. Pero la historia nos muestra un matiz inquietante: innovar no garantiza el éxito, y resistirse al cambio no siempre significa fracaso.


Joseph Schumpeter (1934) fue el primero en ponerle nombre a este fenómeno: destrucción creativa. En su visión, el capitalismo se reinventa a sí mismo a través de la innovación, destruyendo modelos obsoletos para dar paso a nuevas estructuras más eficientes. Esta idea marcó una línea divisoria en la economía: las empresas no mueren por incompetencia, sino porque una innovación más fuerte las desplaza (Schumpeter, 1942).


Décadas después, Peter Drucker (1985) bajó este concepto a la gestión empresarial. Para él, la innovación no era un evento fortuito ni un acto de genialidad, sino una disciplina que podía ser estudiada y gestionada. Drucker advertía que las empresas que solo innovaban cuando enfrentaban crisis estaban condenadas, ya que la verdadera ventaja venía de una innovación sistemática y estratégica.


A inicios de los 90, Michael Porter (1990) puso la innovación en el centro de la ventaja competitiva. Su planteamiento era claro: innovar no se trata solo de lanzar productos nuevos, sino de mejorar continuamente procesos, modelos de negocio y diferenciación en el mercado. Casi al mismo tiempo, Peter Senge (1990) argumentó que la clave de la innovación no estaba en los productos ni en la tecnología, sino en la capacidad de las empresas para aprender y adaptarse. La verdadera ventaja, decía, está en construir una organización que aprende más rápido que la competencia.


Cuando llegó la era digital, Clayton Christensen (1997) sacudió la teoría con su concepto de innovación disruptiva. A diferencia de Porter y Drucker, Christensen mostró que la mayoría de las grandes empresas fracasan no porque no innovan, sino porque innovan en lo que ya hacen bien, ignorando a mercados emergentes con soluciones más accesibles. Su trabajo explicaba por qué gigantes como Kodak o Nokia colapsaron.


En los 2000, Donella Meadows (2008) cambió la forma en que entendemos el cambio empresarial con su teoría de los sistemas complejos. Su hallazgo fue clave: no todas las innovaciones importan. Existen “puntos de apalancamiento”, lugares estratégicos donde una intervención mínima genera cambios exponenciales. Esto nos lleva a una pregunta incómoda: ¿cuántas empresas gastan fortunas en innovación sin generar impacto real?


Nassim Taleb (2012) profundizó en este dilema con su teoría de la antifragilidad. Para él, las empresas más exitosas no son las que simplemente resisten el cambio, sino las que se benefician del caos. En otras palabras, innovar no es solo cambiar, sino volverse más fuerte en la incertidumbre.


Finalmente, Geoffrey West (2017) llevó la innovación a un nivel matemático. Sus investigaciones sobre crecimiento empresarial revelaron que las empresas se vuelven menos innovadoras conforme crecen, a menos que rediseñen constantemente su estructura. En otras palabras, el problema no es solo innovar, sino mantener la capacidad de hacerlo en el tiempo.


Y aquí estamos, atrapados entre la obsesión por innovar y el temor a cambiar demasiado. Algunos innovan y mueren, otros resisten y prosperan. ¿El problema es la innovación o la forma en que la gestionamos? En el siguiente artículo, exploraremos casos reales de empresas latinoamericanas que han enfrentado este dilema con resultados fascinantes.


Referencias


  • Christensen, C. (1997). The Innovator’s Dilemma: When New Technologies Cause Great Firms to Fail. Harvard Business Review Press.


  • Drucker, P. (1985). Innovation and Entrepreneurship: Practice and Principles. Harper & Row.


  • Meadows, D. (2008). Thinking in Systems: A Primer. Chelsea Green Publishing.


  • Porter, M. (1990). The Competitive Advantage of Nations. The Free Press.


  • Schumpeter, J. (1934). The Theory of Economic Development. Harvard University Press.


  • Schumpeter, J. (1942). Capitalism, Socialism and Democracy. Harper & Brothers.


  • Senge, P. (1990). The Fifth Discipline: The Art and Practice of the Learning Organization. Doubleday.


  • Taleb, N. N. (2012). Antifragile: Things That Gain from Disorder. Random House.


  • West, G. (2017). Scale: The Universal Laws of Growth, Innovation, Sustainability, and the Pace of Life in Organisms, Cities, Economies, and Companies. Penguin Press.
Iniciar sesión dejar un comentario
Innovar o Perecer:
El Dilema de los que Sobreviven