El auge del sector agroindustrial en América Latina ha producido gigantes corporativos que dominan mercados y exportan a todo el mundo. Pero también ha generado cadáveres empresariales. AgroLat, un coloso en producción y exportación de productos agrícolas, pasó de ser el ejemplo de éxito empresarial en la región a convertirse en un caso de estudio sobre cómo las decisiones erradas pueden destruir un imperio.
El Sueño: Dominar el Agro Latinoamericano
Año 2015. AgroLat era una de las empresas agroindustriales más admiradas de la región. Fundada en los años 90 por la familia Suárez en Argentina, creció rápidamente, expandiéndose a Brasil, México y Colombia. Su modelo era simple pero efectivo: adquirir tierras fértiles, mecanizar la producción y exportar commodities como soya, maíz y café a mercados internacionales.
Todo iba bien hasta que la empresa decidió dar el salto de ser productora a ser una corporación de alimentos de marca propia. Querían pasar de vender materia prima a controlar la cadena completa, desde el campo hasta el supermercado. Sonaba brillante. En teoría.
El Problema: Decisiones sin Conexión con la Realidad
El CEO, Ricardo Suárez, y su equipo directivo decidieron que AgroLat debía competir con gigantes como Nestlé y Unilever en el mercado de alimentos procesados. Para lograrlo, lanzaron una agresiva estrategia de adquisiciones: en menos de dos años compraron cinco plantas de procesamiento en Brasil y México, y crearon una nueva línea de productos con harinas, aceites y snacks saludables.
El problema era obvio: no tenían experiencia en este negocio. AgroLat era experta en producción agroindustrial, no en el manejo de marcas, distribución minorista ni marketing de consumo. Pero la directiva insistió. “Si lo hacemos a lo grande, lo logramos”, decían en cada junta.
Los primeros síntomas de crisis aparecieron rápido:
- Las plantas adquiridas eran obsoletas y requerían inversiones millonarias en modernización.
- El flujo de caja se volvió crítico. Pasaron de márgenes cómodos en el agro a márgenes ajustados en retail.
- Las cadenas de supermercados no confiaban en una nueva marca sin historial de ventas.
- Los costos logísticos explotaron. AgroLat no tenía la infraestructura para distribuir productos en puntos de venta masivos.
Para 2018, la empresa ya había quemado más de 300 millones de dólares en inversiones fallidas. Pero en lugar de detenerse, doblaron la apuesta. Pidieron créditos bancarios, buscaron inversión privada y lanzaron una campaña de publicidad costosísima. La estrategia no funcionó.
El Desenlace: La Caída de un Gigante
En 2019, AgroLat no pudo cumplir con sus obligaciones financieras. Los bancos comenzaron a cerrar el grifo. Las plantas trabajaban a la mitad de su capacidad, la liquidez se evaporaba y la marca no lograba posicionarse en el mercado.
Para colmo, una crisis climática golpeó la producción agrícola, dejando a la empresa en un doble aprieto: sus ingresos tradicionales cayeron y su nueva unidad de negocios no generaba suficiente dinero para sostenerse.
A finales de 2020, AgroLat entró en proceso de quiebra. Los activos agrícolas fueron liquidados a competidores internacionales, y su unidad de alimentos terminó en manos de un fondo de inversión brasileño. El sueño de convertirse en un gigante del consumo terminó en ruinas.
Lecciones Aprendidas
- Expansión sin conocimiento es una receta para el desastre. Pasar de un modelo B2B a B2C requiere capacidades completamente diferentes.
- No toda gran oportunidad es una buena decisión. La integración vertical parece atractiva, pero no siempre es viable.
- El ego directivo puede matar empresas. Las señales de alerta estaban ahí, pero el liderazgo de AgroLat se negó a reconocerlas.
- El crédito fácil puede ser una trampa mortal. Endeudarse para sostener una mala estrategia solo acelera el colapso.
- Adaptabilidad sobre dogmatismo. La estrategia debe responder a la realidad, no a deseos infundados.
Los errores de AgroLat no son exclusivos de esta empresa. ¿Cuántas compañías latinoamericanas han caído en la misma trampa? ¿Cómo saber cuándo una decisión audaz es en realidad un suicidio estratégico?
En nuestro próximo y último artículo de esta serie, exploraremos cómo desarrollar una mentalidad antifrágil para tomar mejores decisiones en tiempos de caos.