En el mundo empresarial, ¿es todo realmente aleatorio o existe un destino manifiesto? Para muchos, la vida y los negocios son juegos de azar; planeamos para lo inesperado, nos preparamos para lo peor y esperamos lo mejor. Pero, ¿es esto solo un mito? ¿Podemos realmente anticipar y controlar todo, o estamos a merced de lo impredecible?
La mayoría de los expertos en finanzas y gestión de riesgos, como John Charnes, sostienen que la vida es estocástica, lo que significa que está gobernada por la incertidumbre y el azar. En los negocios, esto se traduce en mercados volátiles, competencia inesperada, cambios regulatorios repentinos, etc. Estas fuerzas externas no se pueden controlar ni prever totalmente. Aquí es donde entra en juego la planificación basada en la probabilidad y la preparación para diversos escenarios.
Por otro lado, hay quienes defienden que los negocios y la vida son más bien un juego de causa y efecto. En esta visión, cada acción tiene un "por qué" y una consecuencia lógica. Empresas como Toyota han demostrado que con sistemas como el Lean Manufacturing, el éxito no es una cuestión de suerte, sino de decisiones bien fundamentadas y procesos optimizados. Esta perspectiva sugiere que, si entendemos suficientemente bien las variables, podemos predecir y controlar el resultado.
El caso de Apple durante la crisis financiera de 2008 es un ejemplo ilustrativo. Mientras muchas empresas veían sus valores desplomarse y entraban en pánico, Apple se mantuvo firme y continuó con su enfoque en la innovación y el lanzamiento de productos clave como el iPhone. A pesar de un entorno macroeconómico incierto y volátil, Apple apostó por una estrategia de diferenciación y logró crecer en un mercado en recesión. ¿Fue esto una serie de decisiones estratégicas acertadas y previsibles o simplemente buena suerte?
Quizás la verdad se encuentra en algún punto intermedio. Los negocios operan en un entorno de constante cambio y azar, pero también son impulsados por decisiones humanas intencionales y estratégicas. Aceptar esta dualidad puede ser la clave para navegar en la incertidumbre, sin caer en el exceso de confianza ni en el miedo paralizante.
Revisa las decisiones recientes de tu empresa: ¿Están basadas en un análisis detallado y en una lógica clara, o estás confiando en la suerte? Evalúa si tu estrategia es lo suficientemente flexible para adaptarse a lo inesperado y lo suficientemente robusta para aprovechar las oportunidades.