FRAGMENTA

Lo que está roto no se integra, se enfrenta

La mayoría de empresas no necesita un ERP. Al menos no todavía. Lo que sí necesita es mirar con brutal honestidad su realidad fragmentada: procesos desconectados, información duplicada, áreas que operan como feudos, decisiones basadas en intuiciones que no conversan entre sí. Pensar en integración sin diagnosticar la fragmentación es como querer soldar piezas oxidadas: un espejismo costoso.


Por eso, proponemos FRAGMENTA, un método brutalmente honesto que obliga a descomponer antes de reconstruir. No se trata de software, sino de coraje organizacional. Antes de comprar tecnología, hay que mapear la disfuncionalidad. Antes de transformar, hay que desenterrar los errores crónicos que el ERP solo escondería bajo una nueva interfaz.


Pasos del método FRAGMENTA:


Visibiliza: 

Levanta los procesos reales, no los supuestos. Haz que hablen los que ejecutan, no los que planifican.


Reconoce:

Acepta las incoherencias, los solapamientos, las zonas grises.


Desarma: 

Fragmenta los flujos en piezas mínimas. Identifica quiebres, pérdidas, cuellos de botella.


Relaciona: 

Conecta las piezas. Detecta qué no conversa con qué.


Prioriza: 

Define qué fragmentaciones son críticas y deben resolverse antes de cualquier automatización.


Simula: 

Prototipa flujos integrados en papel o con herramientas mínimas antes de comprometerte con un ERP.


Decide: 

Ahora sí, con conocimiento real, evalúa si un ERP es necesario… o si primero necesitas otro tipo de intervención.


FRAGMENTA no es un proceso cómodo. Es un espejo sin filtro. Pero quien lo enfrenta, no solo ahorra miles en implementaciones fallidas: gana control sobre su sistema. Deja de ser rehén de modas tecnológicas y se convierte en diseñador de su propia arquitectura operativa.


¿Te atreves a mirar tu empresa por dentro antes de vestirla con pantallas nuevas? El ERP no es magia. La magia está en la capacidad de fragmentar con propósito, para luego integrar con sentido.


Nos vemos la próxima semana. La pregunta no será si automatizar, sino ¿qué estás automatizando realmente?


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La empresa que quiso integrar sin integrarse