Innovar o Sobrevivir:

El Debate que Nunca Termina

Joseph Schumpeter (1942) encendió la mecha: la innovación es un acto de destrucción creativa. No hay progreso sin ruptura, sin eliminar lo viejo para hacer espacio a lo nuevo. Pero, ¿qué ocurre cuando la destrucción es más rápida que la capacidad de adaptación? Karl Polanyi (1944) advirtió que la economía de mercado, al desregular y acelerar el cambio, generaba caos social. Si Schumpeter veía la innovación como motor del capitalismo, Polanyi advertía que una transformación sin control podía ser su ruina.


Michael Porter (1980) intentó poner orden. No basta con innovar, dijo, hay que hacerlo estratégicamente. La ventaja competitiva se construye con diferenciación y posicionamiento. Pero justo cuando el mundo empresarial comenzaba a asimilar esta idea, Clayton Christensen (1997) irrumpió con una bomba: la disrupción es inevitable, y las empresas establecidas siempre pierden. Kodak, Nokia, Blockbuster… todas víctimas de su propio éxito y de su incapacidad para ver las amenazas invisibles.


Sin embargo, ¿es realmente la disrupción el destino ineludible de toda industria? Henry Mintzberg (2004) desconfió de esta visión fatalista. La gestión no es solo estrategia y tecnología, sino también intuición, adaptación y equilibrio. No todas las empresas deben innovar de manera radical. A veces, la estabilidad es la mejor estrategia.


Entonces llegó la fiebre de la innovación ágil. Eric Ries (2011) y The Lean Startup predicaron el evangelio del pivoteo constante. Probar, fallar rápido, iterar. Pero Nassim Taleb (2012) lanzó un golpe certero: la mayoría de estas innovaciones son frágiles. En un mundo incierto, lo que sobrevive no es lo más innovador, sino lo antifrágil. ¿Y si, en lugar de perseguir la disrupción, las empresas aprendieran a prosperar en el caos sin arriesgarlo todo?


De Schumpeter a Taleb, el debate sigue abierto. ¿Es la innovación el alma del progreso o un juego de azar que destruye tanto como crea? ¿Es la estabilidad un refugio estratégico o una trampa mortal? En el siguiente artículo, veremos un caso de innovación inesperada.  ¿Podría suceder?

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La Innovación como Dogma:
¿Evolución o Trampa Mortal?