En la mitología griega, Némesis es la diosa que devuelve a cada uno lo que merece. En el mundo empresarial, se aparece cuando la arrogancia digital intenta saltarse el rediseño y termina multiplicando errores. El Método NÉMESIS no es un manual académico ni una check-list de consultoría; es una trayectoria estratégica para desarmar procesos enfermos antes de que se conviertan en código.
1. Confrontar la Verdad Incómoda
Todo inicia reconociendo que el problema no es el software, es el sistema que quieres digitalizar. Aquí se exponen los vicios, las redundancias, las incoherencias. Es una etapa incómoda, donde la política interna tiembla porque se desnuda la realidad sin edulcorantes.
2. Desmantelar la Estructura Enferma
Antes de construir, hay que demoler. Se desmontan procesos inútiles, validaciones absurdas, capas burocráticas que sirven más para justificar puestos que para agregar valor. Esto no es optimización: es cirugía radical.
3. Diseñar el Nuevo Orden
Con el terreno limpio, se trazan procesos nuevos, basados en la realidad actual y en escenarios futuros probables. Aquí se incorpora pensamiento sistémico y se prevé la capacidad de adaptarse a cambios abruptos. El diseño debe ser flexible, no un molde rígido.
4. Probar en el Campo de Batalla
Antes de parametrizar, se simulan los procesos en entornos de prueba reales, con equipos y usuarios que los pongan bajo estrés. Si no resisten la presión aquí, no sobrevivirán cuando se digitalicen.
5. Sellar con Propósito
La tecnología se implementa solo cuando el nuevo proceso está maduro. El ERP, CRM o cualquier herramienta se convierte en un amplificador de lo correcto, no de la mediocridad. Aquí la digitalización no es el protagonista, sino el soporte invisible.
6. Vigilar y Ajustar sin Piedad
Némesis no desaparece cuando termina la implementación. La vigilancia es continua, los indicadores se siguen y los ajustes se hacen sin sentimentalismos. El proceso sigue vivo, adaptándose a cada cambio del entorno.
NÉMESIS no es solo un método: es un acto de defensa estratégica contra la arrogancia tecnológica. Si lo aplicas, la digitalización no será tu ruina, sino tu multiplicador de valor. Y si no lo aplicas… bueno, la diosa sabrá cómo cobrar su deuda.