La estrategia ya no es un plan.

El duelo que transformó la forma de decidir

Durante décadas, nos enseñaron que tomar decisiones era casi un acto científico: analizar, proyectar, controlar.


El mantra era claro: “Predecir y dominar.”


Así nació el paradigma clásico de la estrategia, liderado por Alfred Chandler en los años 60, quien sentenció: “La estructura sigue a la estrategia” (Chandler, 1962). Primero defines a dónde vas, luego organizas todo para llegar allí.


Poco después, Michael Porter afiló aún más esa visión. Con su modelo de las cinco fuerzas (Porter, 1980), nos enseñó que el éxito era cuestión de elegir una posición ganadora y protegerla. Planifica bien, ejecuta mejor, y ganarás.


Pero el mundo real tenía otros planes.


Mientras Porter y sus discípulos trazaban castillos de papel, el entorno se volvía cada vez más turbulento. Y entonces irrumpió Henry Mintzberg. Con su enfoque de estrategia emergente, Mintzberg (1994) rompió esquemas: “La estrategia real no se planifica, se descubre.”

El plan importa, sí... pero adaptarte importa más.

Las organizaciones exitosas, afirmaba, aprenden mientras actúan. No predicen. Navegan.


Después, en el fragor del emprendimiento global, surgió Saras Sarasvathy.

Estudiando a fondo a empresarios de alto impacto, Sarasvathy (2001) descubrió algo radical: Los verdaderos emprendedores no adivinan el futuro, lo construyen. Así nació el concepto de efectuación: partir de los medios disponibles, actuar, y permitir que los objetivos evolucionen.


Finalmente, en plena era tecnológica, Eric Ries consolidó esta rebelión. Con su enfoque Lean Startup (Ries, 2011), proclamó:

“No construyas el plan perfecto: construye el producto mínimo viable, pruébalo, fracasa rápido, aprende más rápido.”


Así, en menos de 50 años, pasamos de la planificación aristocrática a la experimentación de guerrilla.


Cómo ser podría resumir:

  • Chandler y Porter: Diseña una ruta, ejecuta a muerte.
  • Mintzberg: Olvida la ruta. Aprende y adapta sobre la marcha.
  • Sarasvathy: No adivines, crea a partir de lo que ya tienes.
  • Ries: Diseña rápido, equivócate más rápido, mejora constantemente.


En la incertidumbre extrema de hoy, la estrategia ya no es un plan. Es una brújula dinámica que debes fabricar mientras atraviesas la tormenta.


En el próximo artículo, descenderemos de la teoría al barro. Un Caso de Estudio real y brutal: cómo una startup latinoamericana sobrevivió entre el caos... sin certezas, sin mapas... solo con instinto, aprendizaje y coraje.


¿Te atreves a ver cómo la estrategia realmente se construye al borde del abismo?

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Estrategia vs. Improvisación:
La Trampa Mortal de las Decisiones Rápidas